viernes, 15 de junio de 2018

Sobre

Jugando a los destinos
sobrevolé los cielos
y perdí el abismo de mis propósitos
en algún tobogán del arco iris,
cuando al orear los tonos
los prendieron de un mástil.

La casa de empeños
me sobrevaloró,
pero incluyeron, por el mismo precio,
una laboriosa soga
en la que habían tendido
anteriormente
nuestro conocimiento
y secado la escala de grises.

Tiempo después,
repasando el pedigrí de los tonos,
supe que al gris le habían
quitado del medio
tras haber descorrido el telón.

Sé que hay tantas historias
como colores y tonos,
pero sus vivezas nos ciegan
ante sus secretos.

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